El deseo de todos los padres y madres es que nuestros hijos crezcan sanos y felices, por ello y para ello nos desvivimos cada día. Les ayudamos a progresar, les apoyamos con su aprendizaje e intentamos protegerles de los males del mundo mundial que pudieran afectarles, todo porque, sin querer pensarlo, sabemos que algún día serán adultos y anhelamos que sigan siendo personas igual de sanas y felices.
Y esa salud y felicidad que tanto ansiamos para nuestros pequeños pasa por una buena gestión emocional. A menudo cargamos de importancia la parte racional que nos toca como seres humanos pero, ¿qué hay de las emociones?, ¿qué hay de esas reacciones innatas que todos tenemos y con las que vamos a convivir a lo largo de nuestra vida?
Educar a nuestros hijos en las emociones es ayudarles a entenderlas, aceptarlas y saber convivir con ellas de una forma saludable, lo cual les facilitará capacidades tan importantes y positivas como la empatía, la tolerancia al estrés, la concentración, la motivación y el autocontrol.
Las emociones básicas se presentan en nuestros pequeños a edades muy tempranas y a partir de los dos años aproximadamente podemos comenzar a explicarles qué son y a enseñarles a identificarlas.
Hay teorías psicológicas que hablan de 6 emociones básicas: miedo, ira, tristeza, alegría, sorpresa y asco. Nuevos estudios reducen el grupo a cuatro, omitiendo la sorpresa y el asco. En este punto es fundamental que los peques entiendan que no hay emociones buenas y emociones malas. Aunque algunas nos hacen sentir mejor y otras peor, todas, absolutamente todas, son necesarias; por ejemplo, no es agradable sentir miedo, pero esta emoción despierta en nosotros un instinto de protección y supervivencia que hace que nos pongamos a salvo en situaciones de peligro.
Algo esencial a la hora de trabajar las emociones con niños, es no olvidar que los peques son como esponjitas que absorben muchos más conocimientos y recuerdan muchas más situaciones de las que podemos pensar.
Por este motivo, no podemos quedarnos sólo en la teoría sino que debemos mostrarles con nuestro comportamiento que es normal estar triste a veces, o estar enfadado y tratar de cuidar nuestras reacciones ante estas emociones, tratando de dar siempre un enfoque positivo a cada situación.
Desde mi experiencia como mamá, se que no es nada fácil y a veces requiere de esfuerzos titánicos reprimir algunas reacciones, pero mostrarles a nuestros hijos una buena gestión emocional ante circunstancias adversas repercutirá positivamente en su desarrollo.
Con el fin de facilitar el trabajo a la hora de explicar a los niños qué son las emociones y cómo expresarlas, existe un gran surtido de juguetes, libros y juegos caseros. A continuación os facilito algunas ideas muy prácticas y divertidas.
1. CINCO JUGUETES PARA EDUCAR EN LAS EMOCIONES:
Jugando todo se aprende mejor y la enseñanza de cualquier materia se vuelve infinitamente más divertida, y no va a ser menos en la educación sobre las emociones, así que me gustaría hablaros de cinco juguetes especialmente indicados para hablar a los niños sobre este tema.
Para los más pequeñitos, a partir del año y medio de edad, encontramos el set de ladrillos de Lego Duplo «Mis Primeras Emociones». Los niños lo pasarán genial encajando las piezas y construyendo muñecos con expresivas caras. El juguete contiene piezas ilustradas con las que podemos inventar historias que hagan comprender a nuestros hijos algunos motivos por los que aparecen determinadas emociones en las personas.
Uno de los juguetes con los que nuestra peque más se ha divertido, y que de vez en cuando seguimos usando, es la «huevera Toomies», de la marca Tomy. Se trata de un vistoso juguete que cumple con las funciones de juego encajable, ayuda a conocer los colores y facilita el aprendizaje de las emociones básicas a través de las diferentes caras de los pollitos que hay en su interior, ya que representan distintas situaciones cotidianas y estados de ánimo. Ideal para niños a partir de 12 meses.
Otro artículo que podemos adquirir es el «Robot Emociones» de la marca PlanToys. Se trata de una dulce figura elaborada en madera 100% reciclada. Contiene cuatro caritas intercambiables que expresan las emociones básicas: alegría, tristeza, ira y miedo. La recomendación de edad del fabricante es a partir de los 3 años.
La firma Miniland cuenta con varios artículos que ayudan a comprender y trabajar las emociones, tales como las «Emoticapsules», que enseñan a los peques a identificar cada emoción y a reconocer distintas situaciones que nos llevan a sentirla, o los«Emotiblocks», juego que incluye unos divertidos muñequitos encajables que expresan con sus caras las diferentes emociones básicas. Cabe mencionar que este último fue nombrado “mejor juguete 2015” por la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes.
Ambos pueden ser usados por niños a partir de 2 años.
Es importante que todos estos productos no sirvan únicamente para hacer comprender a nuestros pequeños las distintas emociones que existen, sino también para darles pie a expresar cómo se sienten y con qué emoción se identifican en cada momento en función de las distintas situaciones que se les plantean en su día a día.
2. CUATRO TÍTULOS SOBRE LAS EMOCIONES:
Los libros son herramientas muy útiles. No solo proporcionan grandes dosis de entretenimiento, sino que son magníficos instrumentos de aprendizaje desde que los niños son muy pequeñitos.
Por supuesto, podemos encontrar varios cuentos infantiles que tratan el tema de las emociones. A continuación os indico cuatro títulos que quizá conozcáis y que son, bajo mi punto de vista, no solo muy apropiados al tema de este post, sino que además contienen textos preciosos e ilustraciones graciosas y sencillas que transmiten fácilmente a los niños el contexto de lo que se quiere explicar.
El libro infantil de las emociones por excelencia es «El Monstruo de Colores», escrito e ilustrado por Anna Llenas. Nuestro pequeño monstruito no comprende bien qué está pasando en su mundo interior y nos deja que le acompañemos en un maravilloso viaje de colores mediante el que nos explica cómo se siente y cómo poner en orden sus emociones.
La colección de libros de Nacho y Laura, de la autora Liesbet Slegers nos narran, con una cercanía y una claridad maravillosas, escenas cotidianas de nuestros pequeños. Los niños se sienten muy identificados con lo que les sucede a los protagonistas y las historias e ilustraciones son de gran ayuda para los padres a la hora de explicar a nuestros hijos determinadas situaciones.
Dentro de esta colección, encontramos el título «Las Emociones de Nacho», altamente recomendable para transmitir a los peques de forma muy sencilla, qué son las emociones y cómo las expresamos.
Si estáis pensando en comprar estos libros en otros idiomas, ¡ojo! según la lengua, Nacho y Laura se llaman de distinta manera; por ejemplo, en los cuentos escritos en inglés, los personajes se llaman Tom y Karen.
Un gran clásico de la literatura infantil es la historia de «Elmer», el elefante multicolor, de David Mckee. Una preciosa historia que habla de la diferencia, la aceptación y las emociones expuesto en un increíble marco lleno de positividad. Un cuento imprescindible para niños y adultos que nos transmite maravillosos valores como el respeto y la solidaridad.
Para entender las distintas personalidades, emociones y estados de ánimo a través de historias súper divertidas, podemos recurrir a la colección «Mr. Men y Little Miss», de Roger Hargreaves. Dulces, alegres e inagotables libros, ya que la colección, que es un éxito desde años, no para de crecer.
3. DOS JUEGOS CASEROS PARA EXPRESAR EMOCIONES:
Pese a todas las herramientas que podemos adquirir para explicar las emociones y ayudar a los niños a que las expresen más fácilmente, a veces sigue siendo difícil entender cómo se sienten. Quizá no les apetece hablar sobre ello, o quieren expresar cómo están pero de una forma rápida y muy sencilla, sin profundizar.
En cualquier caso, es importante que como padres sepamos si nuestros hijos están tristes, o cuándo tienen miedo y, por supuesto, si se sienten felices.
En casa hemos ideado dos instrumentos muy sencillos que nuestra hija, pese a que afortunadamente suele dar bastantes explicaciones sobre cómo se encuentra emocionalmente, usa con bastante frecuencia
Al primero de ellos podemos llamarlo «vasos emocionales» y consiste en colorear cuatro vasos de papel con diferentes colores, pintando además una carita en cada uno con el gesto característico de cada emoción.
Después, utilizando un muñeco a modo de avatar, el peque o la peque debe introducirlo en el vaso que mejor represente cómo se siente.
El segundo de ellos es ideal para los que, como yo, son fans declarados de Lego, en este caso, por edad, de Lego Duplo.
Consiste en poner en fila cuatro bricks de distintos colores y pintar con rotulador permanente en cada uno de ellos la carita que expresa la emoción asignada a cada tono. Después, los colocamos sobre una base fina y alargada de Duplo o, en su defecto, los pegamos.
Posteriormente usaremos un muñequito de la misma firma y dejaremos que el peque lo ubique sobre el brick que mejor define cómo se siente en cada momento.
Como dice el prestigioso psicólogo Daniel Goleman, «todos tenemos dos mentes, una que piensa y otra que siente». Educando a nuestros peques en ambas, quizás podamos conseguir que se conviertan en personas un poquito más felices =)
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